MENELAND
La Tierra Menesiana
PRINCIPALES DIFICULTADES EN LA VIDA DE JUAN MARIA
1.- La muerte de su madre cuando tenía 7 años
La madre, Graciana, mujer de fe, sensible para las artes, gustaba de tocar su violín en reuniones familiares y en la Iglesia. Tuvo seis hijos, cinco varones y una mujer, de los que Juan María era el tercero. Muere joven, a los 37 años, cuando Juan tenía siete y Féli 5 años. Reinaba en Francia Luis XVI que dio el título de nobleza al padre por los servicios prestados a la población en tiempos de escasez.
2.- La Revolución estalla en 1789.
La Revolución francesa estalla cuando JM tiene 9 años. Su madre había muerto hacía dos años. Las circunstancias de la época hacían la vida difícil, incluso para los que disponían de medios. Su tía suplía la ausencia de la madre, pero falleció cuando él tenía 14 años.
La gran biblioteca de su tío Dionisio fue su mejor compañía, aunque tuvo que seleccionar sus lecturas pues lo mismo podía encontrar unos Evangelios que los panfletos más radicales. Le ayudaron mucho en esta época los sacerdotes Engerrand, Vielle, y el P. de Clorivière, jesuita paisano suyo de Saint-Malo.
3.- Seguir su vocación
Su padre conocía las cualidades que JM mostraba para la organización y la gestión de sus empresas. Podríamos pensar que la persecución de la Iglesia debería haberle alejado de querer ser sacerdote. Pero la semilla de la vocación hacía tiempo que había germinado en su hijo. JMª decía : “mi padre no quería, pero al fin me ha dado permiso para ir a París”.
Con sus 21 años recién estrenados se traslada a París donde se encuentra con Monseñor de Pressigny, amigo de su familia y Obispo de Saint-Malo. Le dice: “Monseñor, quiero ser sacerdote”. Unos días más tarde recibía el subdiaconado de manos del Obispo.
Un año después, en 1802, hizo una experiencia significativa de su vida, ser profesor del Colegio Eclesiástico de Saint-Malo. Le apasionaba la educación y seguía preparándose para ser sacerdote, pues no tenía aún los 24 años, edad requerida para ordenarse. Al cumplirlos en 1804 es ordenado en Rennes, la capital administrativa de la Bretaña.
4.- Defender la fe y la Iglesia en una sociedad que las atacaba.
Juan María tenía un amor profundo a la Iglesia, con el Papa como sucesor del apóstol S.Pedro. Las dos tareas esenciales de su vida fueron: propagar la fe-defender a la Iglesia, y hacer de la educación el medio privilegiado.
En la madurez de sus 27 años, escribió una página que era su declaración de intenciones, un torrente de ideas que ha quedado con ese nombre: “Torrente de ideas vagas”. Eran los objetivos de su vida.
Los dos La Mennais, Juan María y Féli, trabajaban juntos en esa época escribiendo y publicando desde su atalaya de la casa de campo de la familia, “La Chesnaie” (pronunciar “la chené”, el robledal). Publican el libro “Reflexiones sobre el estado de la Iglesia en Francia…” en el que defienden la libertad de la Iglesia, con el Papa a su cabeza. El emperador Napoleón, que controlaba a la Iglesia con el nombramiento de los Obispos, no aceptó la crítica y puso a sus autores en la lista de los enemigos.
5.- Fundar dos Congregaciones que existen actualmente
La obra maestra de JMª fue fundar dos Congregaciones dedicadas a la educación, las Hijas de la Providencia para las chicas, y los HH Menesianos (HH de la Instrucción Cristiana), ambas existentes.
La fundación de los Menesianos, hecha en colaboración con el P. Deshayes, se expandió rápidamente. En 1816, tres años antes de la fundación, supo que un político que venía del período revolucionario, “Carnot”, había presentado a Napoleón un Informe para la organización de la enseñanza. Juan María, clarividente, tuvo el presagio de que la tormenta se avecinaba: “un punto negro apenas perceptible en el horizonte que me presagiaba una gran tormenta.” El Informe fue el detonante para que JMª fundara los Hermanos y las Hijas de la Providencia. Dio una respuesta de urgencia y personal: “en mi habitación de Saint- Brieuc he comenzado con dos jóvenes bretones”: el 6 de junio de 1819, Juan María y Gabriel Deshayes ponían en común sus planes fundacionales. Al año siguiente, en setiembre de 1820 en Auray, los dos fundadores entregan los distintivos religiosos a un grupo de 40 jóvenes.
Las “Hijas de la Providencia” tienen unos comienzos similares. Cuatro jóvenes reciben las Reglas y pronuncian sus votos en Saint-Brieuc el 25 de marzo de 1821.
6.- La separación de su hermano Féli de La Mennais.
Los dos hermanos habían estado muy unidos compartiendo las mismas ideas sobre los males de la Iglesia y de la sociedad y las propuestas de solución. Féli, una de las plumas más brillantes y reconocidas en todo el país. Juan María, igualmente profundo, sobresalía por su juicio equilibrado, decidido y audaz cuando las circunstancias lo exigían. Respetuoso y diplomático proponía soluciones realistas y posibles.
Trabajaban y escribían juntos. La Chesnaie era su santuario intelectual. Juan Mª gastaba su vida en ayudar la obra fundada, acompañar a los Hermanos en Francia y en las Misiones de las Antillas. Cuando más falta hacía que estuvieran juntos, Féli se instaló en París y los intereses de malos consejeros, su propio carácter, las críticas a la jerarquía eclesiástica, le fueron separando de su hermano. Juan María lo vivió como un “via crucis”: “todo lo que me queda es llorar y rezar”.